Por Vacunas sin Aluminio
Una campaña de Salud Pública
Una campaña de Salud Pública
La razón y el conocimiento deben ser la base de nuestro compromiso, actuemos juntos por una salud pública al servicio de los ciudadanos.
Esta campaña no está dirigida contra el principio fundamental de la vacunación: no se trata de cuestionar sus beneficios. En el centro de nuestras preocupaciones: el aluminio debe ser retirado de todas las vacunas.
La asociación francesa « Ayuda entre enfermos de la Miofascitis Macrofágica » (Entraide aux Malades de la Myofasciite à Macrophages) E3M, fue creada en mayo de 2001. Reúne personas enfermas de Miofascitis Macrofágica (MFM) así como miembros
de sus familias.
>>> Contacto
La información debe estar accesible a todos aquellos que deseen informarse. La vacunación no puede estar ajena a esta regla democrática. Esta campaña tiene como objetivo difundir la información sobre los riesgos debido a la presencia del aluminio en las vacunas, basándose en el avance de los conocimientos científicos.
La problemática sobre el aluminio presente en las vacunas va más allá del combate de las personas enfermas, es un desafío para la sociedad, que nos concierne a todos. Estamos conscientes del peso de la industria farmacéutica y de su influencia en las decisiones políticas.
Es nuestro deber de actuar todos unidos, ya sea como político electo, médico, militante sindical (queremos una industria preocupada por la salud pública y por sus empleados), investigador, empleado, padre, ciudadano, empresario, periodista o miembro de organismos que se supone deberían defendernos, tales como la Agencia del medicamento (Agence du Médicament), con las ganas y energías de cambiar de roles y estar del lado de los pacientes.
Los financiamientos públicos son muy aleatorios, teniendo en cuenta la ley del silencio que rodea toda la problemática de la seguridad de las vacunas. Por su puesto, buscaremos a que sea efectivo su empleo. Pero la movilización ciudadana puede permitir el acceso a importantes fondos, de manera que los científicos puedan dilucidar lo más rápidamente posible las consecuencias de la acumulación del aluminio en nuestro organismo luego de la vacunación.
Las sales de aluminio son reconocidas como neurotóxicas por las más importantes autoridades sanitarias francesas. Según el Pr EXLEY (GB), especialista de renombre sobre la toxicidad del aluminio, numerosas patologías les son imputadas : enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Crown, Sarcoidosis…
El aluminio fue introducido en las vacunas como adyuvante en 1926. Debido a su toxicidad, el aluminio debía provocar una fuerte reacción del sistema inmunitario, y así mejorar la eficacia de la vacuna. Normalmente, debía ser eliminado por la orina en las semanas siguientes.
Lamentablemente, esta « hipótesis » nunca fue verificada y desde hace varios años, existen alertas sobre graves efectos secundarios debido a la presencia de dichas sales de aluminio en gran cantidad de vacunas. Estas alertas pueden evidentemente ser refutadas, evidentemente, es la esencia de toda investigación científica. Y, en la medida en que provienen de científicos de renombre, las mismas deberían ser tenidas en cuenta por parte de las autoridades sanitarias. Sin embargo, no es el caso.
Aún más, tenemos el derecho a que los expertos o los responsables de las agencias sanitarias bajen sus escudos así como a la renuncia de las autoridades públicas en la gran mayoría de los países del planeta.
Es evidente que actualmente está prohibido dudar sobre este adyuvante, lo que está en total contradicción con el espíritu científico el cual no puede considerar los conocimientos como dogmas inquebrantables.
Esto es inadmisible en el plano científico, ético y político.
Hoy en día, una enfermedad neuromuscular ha sido claramente identificada como inducida por las sales de aluminio : la miofascitis macrofágica (MFM). Su estudio ha permitido a la ciencia avanzar a grandes pasos.
Hasta ahora, los enfermos de miofascitis macrofágica estaban en primera línea para alertar y pedir que las vacunas sin aluminio fueran puestas en circulación nuevamente. La población mundial está tomando conciencia cada vez más sobre esta situación. Es hora de exigir, y que esta exigencia sea llevada a cabo por los ciudadanos conscientes de los desafíos de la salud pública con respecto a la vacunación.
Es por eso que la asociación E3M (Ayuda entre enfermos de miofascitis macrofágica, patología neuromuscular inducida por las sales de aluminio contenidas en gran cantidad de vacunas) ha decidido lanzar una campaña.
Every one of us can help to ask for aluminium-free vaccines
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